Pues eso que después de la tormenta emocional llega la calma.
Sigo pensando que el mundo es gilipollas, que las personas somos eogistas y que demasiadas veces echamos de nuestro lado a las personas que ya no son útiles.
Pero (lo bueno es que hay un pero) con todo y con más hay personas buenas en el mundo, personas que hacen que poco a poco los pozos sean solo baches.
Una de esas personas es mi novio, al que quiero, muchísimo.
Llevo mucho con mi pareja y le quiero, pero hay una parte de mi que le gustaría volver a ser libre, y conocer gente nueva y hacer cosas nuevas.
Una parte de quiere conocer otros cuerpos, otros labios, otras sensaciones.
lunes, 20 de noviembre de 2006
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